Había 2 tipos de calefacción, Calefacción de enrrojar, y gloria o trebede.
Calefacción de enrrojar, consta de tres partes fundamentales: el hogar o boca por donde se introduce y “enroja” la paja y la leña, que sirve de lento combustible (se sitúa generalmente en la cocina o en el pasillo que comunica la vivienda con el corral o la calle); una serie de galerías que recorren, bajo el suelo de la casa, las principales dependencias; y una chimenea o humero empotrada en el muro, por donde sale el humo.
Gloria o Trebede.- Tenemos una amplia descripción de las glorias de finales del sigle XVIII hechas por Jovellanos, Se construye un poyo hueco de bóveda de ladrillo, y de cuatro o cinco palmos de altura, que corre arrimado a la pared. En medio de este poyal y al frente se abre una boca en arco de tres cuartas de alto y casi la misma anchura, cuyo centro forma una especie de hornilla, que en la parte superior tiene un respiradero, esto es, un cañón embebido en la pared o tapia de la espalda y que penetrando por ella, sube hasta buscar el aire libre.
La razón de ser este sistema de calefacción radica, principalmente, en la utilización de combustibles no leñosos; por ello, es en las zonas desarboladas, como la nuestra Tierra de Campos, es donde más abunda. Además, en verano, la calefacción es recorrida por una corriente de aire que refresca las estancias. En casas de varias plantas, el inconveniente es obvio, dado que no calienta los pisos superiores.
Generalmente, la calefacción se hacen de adobe o ladrillo, y sus techos, o sea los suelos de la casa, suelen ser de baldos o piezas cerámicas que conservan el calor durante mucho tiempo.